lunes, 29 de abril de 2013
6:44 p.m.
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EL ARTE OBJETIVO Y EL ARTE SUBJETIVO

«Buscar la verdad en los matices de los olores obtenidos entre el momento de la acción de frío congelado, y del momento de la acción en descomposición cálida». Esa escuela fue perseguida y destruida por un jefe muy terrible. Dicho jefe tenía negocios muy turbios y muy pronto lo denunciaron indirectamente los afiliados a esta escuela.
El sentido del olfato extraordinariamente desarrollado les permitía a los alumnos de dicha escuela descubrir muchas cosas que a los jefes de gobierno no les convenía. Había otra escuela muy interesante en Babilonia, la escuela de los pintores, esta escuela tenía como Lema: «Descubrir y elucidar la verdad solo por medio de las tonalidades existentes entre el blanco y el negro.»
Por esa época los afiliados a dicha escuela podían utilizar normalmente y sin dificultad alguna, cerca de mil quinientos matices del color gris. Desde el periodo babilónico hasta estos tristes días en que milagrosamente vivimos, los sentidos humanos se han ido degenerando espantosamente debido al materialismo que Marx justifica a su modo con la sofistería barata de su dialéctica. El yo continúa después de la muerte y se perpetúa en nuestros descendientes. El yo se complica con las experiencias materialistas y se robustece a expensas de las facultades humanas. Conforme el yo se ha vigorizado a través de los siglos, las facultades humanas se han ido degenerando cada vez más y más.
Cuando en Babilonia comenzaron a aparecer los primeros síntomas de ateísmo, escepticismo y materialismo, la degeneración de los cinco sentidos se aceleró en forma espantosa. Está perfectamente demostrado que somos lo que pensamos y que si pensamos como materialistas, nos degeneramos y nos fosilizamos. Los artistas de la nueva ola se han convertido en verdaderos intérpretes de la dialéctica materialista, es decir, del arte subjetivo.
Todo aliento de espiritualidad ha desaparecido en el arte ultramoderno. Ya nada saben los modernos artistas sobre la ley del siete, ya nada saben de dramas cósmicos, ya nada saben sobre las danzas sagradas de los antiguos misterios. Los tenebrosos se han robado el teatro y el escenario, lo han profanado miserablemente, lo han prostituido totalmente.
Los sábados, el día del teatro, el día de los misterios, fue muy popular en los antiguos tiempos. Entonces se presentaban dramas cósmicos maravillosos, el drama sirvió para transmitir a los iniciados valiosos conocimientos. Por medio del drama se transmitieron a los iniciados diversas formas de experiencia del Ser y manifestaciones del Ser.

Es bien sabido en música, que ciertas notas pueden producir alegría en el centro pensante, otras pueden producir pesar en el centro sensible y por último otras pueden producir religiosidad en el centro motor. Realmente jamás ignoraron los viejos Hierofantes, (aquellos que enseñan cosas sagradas) que el conocimiento integro, sólo puede adquirirse con los tres cerebros, un solo cerebro no puede dar información completa.
Cabe aquí mencionar también la Escultura, ésta fue grandiosa en otros tiempos. Los seres alegóricos cincelados en la dura roca, revelan que los viejos maestros no ignoraron nunca la ley del siete. Recordemos la esfinge de Egipto. Ella nos habla de los cuatro elementos de la naturaleza y de las cuatro condiciones básicas del súper hombre.
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